¡Hola! ¿Qué tal estás? Espero que muy bien y si no recuerda, ¡que todo pasa!
Un día más, un nuevo episodio donde vamos a hablar del cómo reducir el estrés en el día a día. No entraremos en profundidad, aunque quizás te lleves algunos tips para incorporar, ojalá que así sea o al menos que te lo cuestiones o que reconozcas las herramientas que ya usas para reducirlo.
Recuerda que yo no vengo aquí como para adoctrinar a nadie, sino para compartir lo que me funciona y recordarte lo que ya tienes en tu vida para valorarlo y si te puedo ayudar a que seas un poquito más feliz, mejor que mejor.
Como digo, uno de los propósitos de este podcast es que des pasos a tu favor, ¿Qué mejor regalo no? Pues ¡empezamos!
Ni que decir tiene que vivimos en una sociedad microondas, donde se nos tiene que dar todo y ya. No estoy en absoluto en contra de que lo podamos tener todo, verdaderamente siento que lo podemos tener todo en la vida, los tiempos, ya es otro tema. Y no para todos existe el mismo tiempo, cada uno tiene su proceso, sus aprendizajes y sus herramientas y todo esto se puede ir adquiriendo.
Como decía, al vivir en esta sociedad microondas, fugaz… el estrés es inevitable, es un síntoma, una consecuencia, si es que nos dejamos arrastrar por esta inercia.
Al mismo tiempo, si queremos salir de ahí y reducir el estrés en nuestro día a día con pequeños gestos, tengo una buena noticia, podemos hacerlo.
Te voy a dar algunos ejemplos sencillos de cómo lo aplico a mi vida.
Por ejemplo, yo tengo dos perros, son la noche y el día. Opie tiene 9 años y Cucho tiene 2. Opie se ha convertido en un viejo cascarrabias que hasta su sombra le molesta jaja esto es desde que llegó su hermano a casa. Siempre ha sido un perro zen, donde hay un rayito de sol él se pone a meditar, entra en trance y le falta levitar, os lo juro jaja Super tranquilo, cariñoso y bueno eso sí, independiente desde el primer día jaja
Luego llegó Cucho, un meteorito, fugaz, no sabes de donde ha salido y allí a donde va se hace notar jaja eso sí, cariñoso el que más.
Bueno después de esta presentación, toca sacarlos a pasear… a ver como lo hacemos jaja
Para no hacer el cuento muy largo, Cucho se ha criado con nosotros en el campo, salvaje, sin límites y de ahí la situación actual. Hace un año, nos vinimos a la civilización, límites de la noche a la mañana y es lo que hay. Ahora hay horario para salir y entrar y una serie de normas.
Los primeros días fue horroroso para sacarlo a pasear, a todo le ladraba, una bicicleta, un niño, una silla de ruedas, un coche, una persona andando, un papel en el suelo movido por el viento… todo. Ladraba, con ansiedad porque quería saber cada estimulo de dónde venía, me da penita porque seguro que lo pasó fatal, pero yo no me quedaba atrás… al actuar él así, su hermano Opie le ladraba, Opie como buen maestro zen entre un paso y otro pasaban dos días… jajaja lento no, lo siguiente. Imagínate, en una mano la correa de uno que había que llevarlo a la rastra, en la otra la correa del otro que iba casi volando de los saltos que pegaba y los ladridos y en el centro yo. El parque lleno de gente, las sensaciones que tenía en mi cuerpo y en mi mente, ya digo que no eran muy agradables.
Aquí me di cuenta que esto no iba bien jaja entonces o salía mi hermana a pasearlos conmigo ella con su Uni (su perrita, hermana de sangre de Opie) y con Opie y yo llevaba a Cucho, o iba con mi pareja y cada uno llevaba uno. Aquello era igual de insoportable. Total, que después de algún tiempo intentando mil maneras, acepté que era un gran cambio, que todo tiene su proceso y que la paciencia está para algo.
Tengo que decir, que dentro de casa, es el perro más noble, más tranquilo, más confiado… es amor puro sin límites ni condiciones, como cualquier perro, pero es que verdaderamente hay dos “perronalidades” en él cuando está dentro o fuera de casa.
¿La solución? sacarlos por separado, ¿tardo más? Sí, ¿me compensa? Muchísimo, premia mi tranquilidad y mi paz más que la efectividad de tardar menos.
Si vemos esta situación desde fuera, que la dueña pasee a sus perros por separado, en vez de llevarlos juntos y no tardar el doble en cada paseo. Puede sonar hasta ridículo, “perder” tiempo de esa manera, pero para mí premia más la presencia que tengo en cada paseo con cada uno, desde la calma y sin estresarme, que tardar la mitad y morir en el intento.
Esto me recuerda a un cuento del Conde Lucanor, el del padre, el hijo y el burro, que iban a la feria a vender al burro y primero iba el padre montado en éste y el hijo andando, alguien los vio y dijo: anda le parecerá bonito el padre en el burro y el hijo andando.
Entonces parte del camino lo hicieron al contrario, el hijo en el burro y el padre andando, se encontraron con otra persona y le dice: anda que no le da nada al niño que su padre tan mayor vaya andando y él tan fresco en el burro. (Ni que decir tiene que este vocabulario no lo empleaba el cuento jaja).
Parte del camino lo hicieron los dos subidos en el burro, y otra persona dijo: mira que… los dos en el burro pobrecito con lo flaco que está y los dos subidos encima…
Total, que decidieron ir andando y paseando al burro (como yo a mi cucho) y se encontraron a otra persona que dice: ¡madre mía! ¿Cuál de los 3 más burro? ellos andando y el burro tan flamenco….
En definitiva, póntelo fácil si haces algo de una determinada manera por algo será y no te dejes llevar por la corriente, si ésta no te beneficia. Lo mejor es que hagas las cosas según tu conciencia, porque siempre habrá alguien que lo vea de otra manera.
Otro ejemplo, quizás más común es el atasco cuando vas hacia el trabajo, si hay otro camino en el que tarde 15 minutos más y no hay atascos y mi camino es más relajado, estoy dispuesta a dormir 15 minutos menos y eso que me encanta dormir jaja pero es que realmente me beneficia, estoy tranquila, relajada y puedo disfrutar del día. O si tengo que ir a algún sitio que el aparcamiento es horrible, prefiero aparcar más lejos y evitar esos momentos de estrés innecesarios. Hagámonos favores a nosotros mismos, que de esto también hablaremos en otro episodio.
También es importante reconocer los regalos que te dan estas situaciones y celebra cada logro. En el caso del paseo a los perretes, cuando voy con Cucho y pasa una bici y no le ladra, lo celebro; cuando sale sin dar tirones, vuelvo a reconocer los logros; cuando me encuentro paseando con tranquilidad, calmada y él camina como un perro “normal” y sosegado, lo celebro. Cuando digo lo celebro me refiero a que lo reconozco, no a que me ponga a pegar saltos como él.
Esto lo hago para que no se me olvide que lo estoy haciendo bien y que no se me olvide saborear el bienestar creado al haber cambiado ciertos hábitos. De esta manera también activo en mí la capacidad del asombro, que también estamos perdiendo como sociedad, incluso los niños.
Evita el estrés en tu vida, redúcelo al mínimo aunque también nos sirve porque funciona como una alerta, pero meterte en un estrés que ya sabes que vas a tener y no te aporta nada, ¿para qué?
¿Qué ocurre? Esto nos puede llevar a pensar que el trabajo también es estresante entonces yo digo: si voy a ir al trabajo y me estreso, pues no lo quiero. Vale, ¿Qué ocurre?
Que aquí ¡hola! Sí, tienes la opción de cambiar de trabajo. Otra cosa es que digas mañana ya no voy, que si te lo puedes permitir, ¡ole tú! Pero si no, piensa, este trabajo me está causando estrés, ¿Cómo lo puedo cambiar? Recuerda que pequeños pasos, nos llevan a grandes cambios. Entonces si ya tu trabajo te provoca un estrés que empaña todo tu día, vale. Pues ya sabemos que eso lo tenemos que cambiar, ¿Cómo lo cambiamos? A ver de qué manera, o echando curriculums en otro sitio o saliéndonos de ahí para que el estrés no me empañe y ahora si pueda decidir.
¡Ojo! que aquí también podemos caer en otra trampa, que esto da para otro episodio. Y es que nos gusta quejarnos, ¡Sí! nos sentimos cómodos y víctimas, así que, ¡qué panorama mejor que ese para recibir amor! Sí, claro, ¿yo me quejo por gusto no? … no exactamente, pero sí puedes dejar de quejarte jeje o ver porqué te pasa tal cosa que provoca estrés y queja en ti. Porque si no lo miras, es probable que cambies de trabajo tengas paz 2 semanas y vuelve de nuevo la misma película con otros nombres... pero ya digo, eso es otro tema a tratar mucho más profundo.
Aquí te he dado un par de ejemplos, puede que no tengan nada que ver con tu día a día, pero si he conseguido transmitir la esencia, serás capaz de extrapolarlo a tu día y hacer pequeños cambios que te lleven a tu paz y tranquilidad mental.
Gracias por estar ahí, quédate con lo que te aporte, lo que no, deséchalo. Si así lo deseas nos seguiremos escuchando en próximos episodios, me puedes dejar en comentarios qué te llevas de aquí, también me puedes escuchar en Spotify, Ivox, Google podcast, Amazon music en La Boca de Rosca y me puedes seguir en Instagram @maria_orlu
¡Feliz día, feliz semana y feliz vida!
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